Muchas personas se preguntan qué son los Biocircuitos de Cobre. Algunos han llegado a la conclusión que se enchufan a la corriente eléctrica. Pero no. Los Biocircuitos de Cobre funcionan porque dicho metal es un gran conductor electromagnético y cumple con la tarea de regular nuestra propia corriente.
Los beneficios de los Biocircuitos de Cobre son evidentes y han mejorado la salud y la vitalidad de infinidad de personas. Pero muchos no conocen aún lo que son esas placas de cobre.
Según explica Eeman, “cuando las reservas de energía están bajas, los seres vivos de manera inconsciente conectan sus polos opuestos, de manera muy similar a como uno neutraliza el efecto de un imán en forma de herradura al enlazar sus dos polos mediante la armadura”.
Al respecto Eeman concluye que “los seres humanos irradian energía (no solo la muscular), y esta energía irradia con mayor potencia o se acumula sin demora en áreas específicas del organismo. Estos sitios pueden enlazarse entre sí para crear un circuito que incremente los procesos de recuperación y produzca un flujo de energía. Esta energía es la energía vital. Es en sí la fuerza que cura”.
Tomando como punto de partida que en nuestro organismo fluye energía electromagnética de baja intensidad, y que ésta además cuando fluye correctamente colabora en el proceso de sanación individual, Eeman creó un Biocircuito de Cobre que optimiza nuestro campo energético, logrando en principio una profunda relajación y armonización.
Lo primero que tuvo que identificar fue un elemento conductor de esa energía. Allí dispuso que el metal ideal para que la propia corriente fluya correctamente es el cobre (también comprobó que otro material puede ser la seda, aunque los efectos son más sutiles y no tan evidentes como cuando se utiliza el cobre).
Lo segundo que logró identificar Eeman fue las zonas del cuerpo dónde colocar el cobre (como se aprecia en la imagen de arriba). De acuerdo a sus investigaciones las manos y los pies son claves, como también nuestra columna. En la base de la espalda y en la cabeza van dos placas de cobre. De cada placa sale un cable de cobre que se une a un tubo de cobre para sujetar en cada mano. Debido a la polaridad, las personas deben unir con un cable de cobre la placa que se ubica en la zona baja de la espada a su mano izquierda, y la placa que se encuentra en la cabeza, a su mano derecha.
Allí es cuando se forma un circuito capaz de regular nuestra propia corriente electromagnética, trayendo en consecuencia, mejoras contundentes en nuestra salud y bienestar.