Hemos recibido muchas consultas sobre la posibilidad de aplicar los Biocircuitos en los niños. Por supuesto que se puede a partir de los 4 años y tiene muchas ventajas. Aquí te las contamos!
Tenemos que tener en cuenta que la mayoría de los niños se encuentran naturalmente aptos para percibir la energía en sus cuerpos (y en algunos casos también la energía exterior). Esta afirmación es muy clara en el rango etario que oscila entre los 6 y 12 años. Según Leslie y Terry Patten los Biocircuitos se pueden aplicar en los niños desde los 4 años de edad.
Como todos sabemos los niños se encuentran en proceso de formación y desarrollo corporal y mental, pero también existe un proceso de formación y desarrollo energético. Por este motivo sería muy importante para los más chicos descubrirse también desde la energía en esta fase de su vida. En ese sentido los Biocircuitos ayudan a confirmar y extender la sensibilidad natural de los niños hacia su campo energético, colaborando en comprender la diferencia entre equilibrio y desequilibrio, entre la armonía y la energía «descontrolada».
Los niños generalmente están más abiertos a percibir su energía. Cuando le apliqué por ejemplo por primera vez el Biocircuito a mi padre, apenas sintió un calor diferente en la mano izquierda. Mientras tanto, en la primera aplicación realizada con mi hija, sintió calor en todo el cuerpo y un cosquilleo durante varios minutos.
¿Cuáles serían los beneficios de aplicar los Biocircuitos en los niños?
- Colaboran a que el niño sienta y comprenda acerca de su campo energético.
- Permiten equilibrar y relajar al niño.
- Colaboran a que el niño asimile enseñanzas éticas que se le comunican.
- Con el uso prolongado, también colaboran en los procesos de aprendizajes escolares y académicos.
- Fortalecen su sistema inmunológico.
- Propician desbloqueos de emociones reprimidas o conflictivas.
- Colaboran con su autoestima y sus relaciones vinculares con sus compañeros y docentes.
Lo que tenemos que considerar que es por un tema de edad, para la mayoría de los niños es más complejo permanecer quietos en los Biocircuitos. Se pueden aburrir con facilidad. Por lo tanto es fundamental para su aplicación, acompañar el uso con un ejercicio de visualización.
Para cualquier ejercicio de visualización se necesita orientar al niño a pensar una imagen placentera o agradable, acompañada de una respiración profunda, fundamentalmente en los primeros minutos.
Es clave orientar al niño en el uso que le va a dar a la respiración en su mundo imaginario. Por ejemplo se le puede pedir al niño que tome un respiro grande y agradable con el propósito de conducir el placer de la imagen a través de todo su organismo. También se le puede sugerir que exhale cualquier «cosa mala» o que le genere incomodidad o malestar, e inhale «cosas buenas» o positivas. Con el uso de su respiración, el niño podrá integrar su imagen con mayor facilidad, al tiempo que va incorporando mayor apertura y sensibilidad a su campo energético.
Realmente aplicar los Biocircuitos en los niños es sumamente positivo y beneficioso. Es agradable y reconfortante apreciar lentamente su crecimiento más equilibrado y armonioso.
Por supuesto que si surgen dudas en cómo se deben utilizar los Biocircuitos, con mucho gusto intentaremos evacuarlas.